- Descentralizar para recuperar la vida de las regiones.
La centralización está asfixiando a Colombia. Las regiones no cuentan con
la autonomía necesaria para aprovechar sus fortalezas y trazar su rumbo.
Su destino se decide desde el poder central, desconectado de la realidad
de las comunidades y sus territorios. En el Senado trabajaremos para
recuperar la vida de las regiones, su autonomía en el espíritu de la
Constitución del 91, para que estén en capacidad de decidir su futuro y para
que puedan progresar.
- Construir la Paz de Colombia
La Paz de Colombia se construye con la gente, se construye desde las
regiones. Si queremos un país reconciliado y en paz, necesitamos un
Estado que responda a las necesidades de la gente, un Estado que haga
presencia en todo el territorio y un Estado que luche por cerrar la brecha de
la desigualdad que cada día crece más. Para construir Paz, necesitamos un
Estado que nos una y no un Estado que nos divida.
- Reformar la Justicia, el Gobierno, el Congreso y el Sistema Político
La destrucción del Estado colombiano tocó fondo. Magistrados, fiscales,
jueces, congresistas, ministros, gobernadores, alcaldes, desfilan a la cárcel.
La corrupción se tomó el poder para enriquecer a políticos delincuentes a
costa de las oportunidades de los colombianos. Es urgente recuperar la
dignidad de la política para que el Estado responda a las necesidades de la
población y los funcionarios públicos estén al servicio de la sociedad.
Queremos políticos que representen las necesidades del pueblo y que
respondan a sus demandas. Necesitamos gobiernos que trabajen por El
Progreso, una justicia en la que la ciudadanía confíe y que no esté al
servicio de la impunidad. Un Congreso integrado por personas decentes y
coherentes, que legisle para el beneficio de los colombianos. Necesitamos
que el poder del Estado esté al servicio de la gente y no como hoy, al
servicio de los políticos. Cambiaremos el sistema electoral y de partidos
que permitió que la corrupción se tomará a Colombia.